Muchos clientes nos piden asesoramiento a la hora de iluminar el edificio de la empresa o la fachada de su local. Aquí os damos unos consejos que os ayudaran.

 

Fachadas claras y no reflectantes

Lo ideal para iluminar un gran espacio es que coja bien el color y no lo desvirtúe. Una fachada blanca que no esté acristalada es la mejor de las situaciones. Esto es el escenario ideal y no suele cumplirse. Consecuentemente, habrá que realizar una visita para analizar las peculiaridades de cada proyecto, pero mientras tanto podemos dar unas indicaciones que nos permitirán hacernos una idea.

Los colores fuertes o revestimientos reflectantes serán nuestros enemigos. Chapas cromadas, placas de aluminio, cristales, etc. Reflejan la luz o la dejan pasar con lo que repercuten en un sobrecoste innecesario.

 

Los colores claros y con poca carga de pigmentacion son un acierto a la hora de proyectar luz sobre ellos

 

Por otro lado, yesos, hormigones, maderas claras, etc., son materiales muy buenos para estas aplicaciones que captan la luz y la distribuyen.

Otro aspecto a tener en cuenta y que muchas veces se olvida es la luz residual. En las ciudades de hoy en día, cada vez mas concienciadas, se utiliza una iluminación dirigida y controlada que respeta las fachadas. Pero no todas las ciudades están bien diseñadas y muchas veces nos encontramos con edificios inundados por luz residual de farolas, carteles luminosos y pantallas publicitarias. En estos casos, hay que ver que tipo y cantidad de aparatos pondremos para contrarrestar el efecto de la luz residual.

 

Nada más. Esperamos que haya servido este post como referencia inicial y como siempre, estamos a vuestra disposición.
El equipo de EXCENA

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